Skip to main content

“Sentirme fuera de mí”, “como si estuviera viendo mi vida desde fuera”, “a veces no siento nada”…
Estas son frases que escuchamos con frecuencia en personas que han desarrollado una adicción. No son metáforas: son descripciones reales de un fenómeno psicológico profundo llamado disociación. En Centro Hogar Renacer, entendemos que para sanar el consumo hay que mirar mucho más allá de la sustancia: hay que comprender lo que lleva a alguien a desconectarse de sí mismo/a.

¿Qué es la disociación?

La disociación es un mecanismo de defensa del cerebro. Es una forma de desconectarse —parcial o completamente— de la realidad cuando una situación emocional o física es demasiado intensa, dolorosa o abrumadora. Puede presentarse como:

  • Pérdida de memoria o lagunas.
  • Sensación de irrealidad o desconexión con el entorno.
  • Sentirse como un observador de uno mismo.
  • Adormecimiento emocional.

Aunque todos podemos experimentar algún grado de disociación en momentos extremos, cuando se convierte en una respuesta frecuente, puede ser una señal de trauma o malestar psicológico profundo.

¿Cómo se relaciona con el abuso de sustancias?

Muchas personas que consumen sustancias de forma compulsiva o adictiva lo hacen, en el fondo, para desconectarse de emociones que les resultan insoportables: ansiedad, vacío, tristeza, rabia, miedo.

En ese contexto, el consumo no es solo una “adicción” sino una forma de disociación inducida. Es una manera (ineficiente pero poderosa) de calmar el sistema nervioso, silenciar el dolor y escapar de una realidad que duele.

  • El alcohol puede “apagar” la hiperactividad emocional.
  • La cocaína puede generar una falsa sensación de control o euforia.
  • Las benzodiacepinas y otras drogas depresoras pueden bloquear el pensamiento y la angustia.

Pero tras ese efecto temporal, la realidad vuelve. Y muchas veces, vuelve con más fuerza.

Disociar no es debilidad: es supervivencia

En Centro Hogar Renacer no juzgamos el consumo como un acto de debilidad, sino como una respuesta de supervivencia emocional, sobre todo cuando hay historias de trauma, abandono, violencia, abuso o negligencia emocional detrás.

Por eso nuestro enfoque terapéutico no se limita a cortar el consumo, sino a reconectar con lo que lo origina:

  • Comprender el dolor emocional no expresado.
  • Reeducar el sistema nervioso.
  • Restaurar el vínculo con uno/a mismo/a.
  • Aprender nuevas formas de afrontar el malestar.

Disociar fue una forma de protegerte.
Consumir, una forma de escapar.
Pero ahora tienes derecho a sanar, a estar presente, a vivir sin anestesia.

🩵 En Centro Hogar Renacer acompañamos ese proceso con calidez, herramientas clínicas y una escucha profunda.
Porque dejar de consumir no es solo dejar una sustancia: es volver a habitarte con dignidad.

Leave a Reply